¿Qué son las manchas solares? Son tormentas magnéticas de un tamaño más grande que la Tierra que suceden en el Sol, y dejan su impronta siendo algo más oscuras que el resto. Son 1500 grados más frías, lo que las hace más oscuras en contraste con el resto del Sol de calor promedio 5800 grados. Las manchas solares tienen ciclos. En el actual, llegó a su mínimo en el año 2006. El ciclo que ahora cruzamos, el vigésimo cuarto, llegará a su punto máximo en 2012.
Una tormenta solar es un evento espacial que se da cuando la actividad del Sol interfiere con el campo magnético de la Tierra (y otros planetas). El Sol, como todas las estrellas del universo, es una estrella que genera energía a través de fusión nuclear entre los elementos que la componen, pudiendo ser tanta que escapa la superficie solar.
Cuando esto pasa, el Sol expele llamas de plasma y masa que viajan por el espacio y que nosotros llamamos “viento solar”, una ráfaga de partículas cargadas eléctricamente que pueden toparse con el campo magnético de la Tierra en horas, si es que el viento solar viaja hacia esta dirección.
La colisión entre estas partículas solares y nuestro campo magnético terrestre tiene pocos fenómenos visibles para nosotros, siendo uno de ellos las auroras polares, y puede prolongarse durante días bajo las condiciones adecuadas.
La tormenta solar más severa que se haya registrado en la historia ocurrió en 1859, y se lo conoce como la fulguración de Carrington, o el evento Carrington. Esta tormenta solar de mediados del siglo XIX causó fallas electromagnéticas a lo largo de todo el mundo, y aparecieron auroras en latitudes tan extrañas como el ecuador.
También se debe tener cautela con el aumento de radiación solar que se desprende durante las tormenta solares, que puede dañar a muchos organismos. Sobreexponerse a los rayos del Sol durante una tormenta solar puede generar daños celulares, y por cierto, sería muy peligroso para un astronauta. Algunos animales, por ejemplo, que son sensibles a los campos magnéticos (aves, ballenas, etc.) también pueden sentirse desorientados durante una tormenta solar y presentar comportamientos extraños.
Más allá de los daños tecnológicos y sus efectos en una sociedad tan dependiente de la comunicación, nunca hay que perder de vista la gran protección que nos da la Tierra y su poderoso campo electromagnético.